viernes, 4 de septiembre de 2009

Brasil practicó y reconoció el Gigante de Arroyito
El equipo de Dunga se movió por el césped del estadio de Rosario Central, donde mañana enfrentará a la Selección por las Eliminatorias. Dunga no dio el equipo porque no quiere hablar con la prensa durante su estadía en Argentina.












Brasil ya está listo para la batalla. Después de hablar con la prensa, el plantel reconoció el campo donde mañana será la "guerra", como lo calificaron los propios jugadores brasileños. Dunga no dio el equipo, pero se desprende que los once que jugarán serán los mismos que puso el entrenador en la última práctica antes de partir hacia Rosario, aunque no se descarta que el entrenador cambie antes de jugar.

Alrededor de las 16.15, el plantel, encabezado por Dunga, pisó el césped del estadio de Central. Vacío, claro. Porque apenas un grupo de periodistas pudo ingresar para ver a los hombres vestidos de azul moviéndose por el campo de juego. Diferente será mañana, cuando ya no quede lugar para una alfiler, con un clima de final, como esperan Maradona y todo el plantel argentino.

El conjunto de Dunga realizó una práctica liviana y trabajó con pelota durante casi dos horas. Fue suficiente para que los jugadores se familiarizaran con el césped. Tal es así, que el intendente de Rosario Central, encargado de mantener el suelo en condiciones mostró su fastidio porque los futbolistas le "marcaron" el campo de juego.

Una vez terminada la práctica, el plantel se volvió al hotel Holiday Inn, donde permanecerá guardado hasta mañana. Dunga decidió no hablar con la prensa en su viaje a la Argentina y hasta le pidió a sus jugadores no hablar mano a mano con la prensa para no calentar el partido. Más allá de esto, el entrenador no dio el equipo, aunque habría una sola duda: Elano o Ramires. Entonces, los once serían: Julio César; Maicon, Lucio, Luisao, André Santos; Elano o Ramires, Felipe Melo, Gilberto Silva, Kaká; Robinho y Luis Fabiano.

sábado, 1 de agosto de 2009

Boca se mueve en Austria a pura fuerza

El equipo está instalado en Linz desde ayer y esta mañana ingresó en la etapa más dura de la pretemporada: hicieron trabajos de fuerza y resistencia. Mientras, el Coco Basile espera novedades por Rosada. El lunes (a las 14) será el tercer amistoso, ante el Lask.

Desde que Boca llegó a Austria no para de trabajar. Ayer se instaló en Linz y trabajó por la tarde, y esta mañana el plantel que conduce Alfio Basile se movió bajo las órdenes del profe Carlos Dibos, en la etapa más dura para los jugadores: fuerza y resistencia. Encima por la tarde habrá otro turno.

Bien temprano, en la mañana de Austria, los jugadores arrancaron el día a pura exigencia. Los trabajos físicos estuvieron a la orden del día y sólo Gary Medel pudo zafar ya que volvió a entrenar diferenciado por una molestia.

El plantel fue dividido en tres grupos para realizar trabajos de fuerza y resistencia, en los cuales tuvieron que correr con sogas y saltar distintos bancos. De esta manera, tuvieron que transpirar con los distintos trabajos de postas en el verano austríaco.

Por su parte, los arqueros fueron sometidos a un trabajo específico donde debieron responder a los incesantes peloteos en uno de los arcos del campo de entrenamiento.

La puesta a punto física y futbolística es el gran cometido de un plantel que se prepara para el duelo del lunes (a las 14 ante el Lask local). Será el tercer enfrentamiento de la gira.